sábado, 20 de mayo de 2017

Él

La botella bajaba
al ritmo de mis miedos,
él se habia quedado con todos
y cada uno de mis sueños

Yo despierto,
él me susurra 
algo al oído. 
Yo sonrío,
y me doy cuenta
que he nacido de nuevo. 

Él me hace el amor 
de su vida.
Él me da el beso
que siempre soñaba.
Es él mi amanecer,
mis noches y mis días. 
Y la pasión de una canción 
sin tempo ni armonía
es él. 

Él me roza el corazón
y me enamora. 
Él me roba la razón, 
y me hace entender. 
Él me hace sonreír. 
Él me hace feliz. 

Y por primera sentí 
al notarlo, 
que algo en mí cambiaba 
Sentí que en el fondo de mi alma, 
(ya olvidada y en ardor convertida)
estaba enamorada.

                    
                                            



No tan frías

No tan frías
sentí que las noches eran.
Sentí que los días 
no tan largos parecían.
Sentí que mi sangre
aceleraba en tus manos.
Que la vida no era 
como tan triste
habían contado. 

Y mi fuerza, por fin sentí
que crecía junto a ti. 
Sentí en el fondo de mi alma
que el amor a mí llegaba.

Noté que ya no era la misma, 
que entre tú y yo había luz. 
Y me doy cuenta al ver, 
que estoy volando en nubes 
hechas por otras nubes 
incorpóreas y de polvo
que un día soñé. 

Mi Luke Skywalker

¿Cuán tiempo durará esto?
Por el presente, 
que sea indiferente.

Cuán tiempo tardé en decirte 
que de alguna manera 
siempre fuiste mi Skywalker.

Que de alguna manera 
compartimos la misma sangre,
los mismos gustos, 
el mismo corazón. 

De alguna forma, 
compartimos el mismo objetivo,
los mismos enemigos, 
los mismos falsos y traicioneros 
amigos.

Que de alguna forma, 
tú eres la fuerza que, 
un sable láser jamás me dará. 
Tú eres mi debilidad; 
mi manzana, mi lado oscuro. 

Mi persona favorita, y jamás 
separada de mí, a pesar 
de cualquier comentario. 
Mi príncipe que me salvará; 
a caballo, o a lomos de un halcón
milenario. 

Pues no es tan diferente 
los cuentos de hadas 
y la ficción.
Pues no somos tan diferentes
a pesar de todo
tú y yo.

Pues a todos ellos une algo;
el esperanzado corazón
que acaba abrasado 
errante de heridas,
en un eterno 
e infinito
amor. 

Amanece.

Amanece. 
Yo despierto. 
Él está dormido. 
Yo lo observo. 
Cierro los ojos. 
Él despierta. 
Yo sonrío. 
Él me besa. 
Él me susurra al oído:
"Buenos días princesa".
Yo lo miro. 
Él me abraza.
Yo lo quiero. 
Él me ama. 
Cierro mis ojos. 
Los suyos primero. 
Yo sonrío. 
Yo duermo. 
Él duerme. Él sonríe. 
Yo soy feliz. 
Él no existe.