jueves, 3 de noviembre de 2016
Romance de un buen moro
martes, 2 de agosto de 2016
Insipidez
sábado, 11 de junio de 2016
¡Mamá se ha vuelto sorda!
Papá siempre se ha comportado diferente conmigo. No es como los demás. Hay veces que le oigo decir: "Cariño. Debiste abortar cuando pudiste". No sé que significa esa palabra, pero no me gusta. Mamá siempre lo tranquiliza cuando está enfadado, (porque siempre está enfadado) y aunque nos asusta a veces, dice que tenemos que cuidarle porque está un poco enfermo. Pero aquella vez fue distinto, porque Papá estaba muy enfadado conmigo. Aquel 2 de octubre...
No sé que hora es. El reloj de mi despacho marcará las doce o la una, pero la oscuridad no me permite apreciarla. Me preguntó: "¿en qué piensas?" Y me doy cuenta que es una de las preguntas más complejas qué me he hecho. "No lo sé" - respondo. Pero sé que no es cierto. No me he de engañar, mi peor enemigo soy yo mismo así que trato de ser sincero. Recapacito y volteó la vista atrás.
¿En qué pienso?
Pienso en mucho. Le doy mil y una vueltas a todo y me como la cabeza. Pasan las horas y no consigo conciliar el sueño, para variar. Podrán ser ya las cinco o quizás aún no sean ni las doce y media. Llevo semanas, pero qué digo, meses no soñando con nada.
Pesadillas. Solo pesadillas.
Pesadillas en las cuales aparece una mujer de negro invitándome amablemente a que vaya con ella, yo me niego porque aun no ha llegado mi hora, y si así fuera me hubiera dado cuenta ¿no?. Y ella me ahoga gritándome desesperadamente que la siga. Me dice que no debo quedarme aquí y que éste no es ya mi lugar. Es tenebroso.
Oigo canciones, (buenas y otras malas) y es curioso, pero a su vez no escucho música ni letra. Me levanto de mi lecho y corro hasta la ventana que ahora está frígida y empañada de escarcha del exterior. Casi es navidad. Papá está sentado en la cama callado y Mamá parece tan triste, no nos habla a ninguno de los dos a pesar de nuestros mutuos intentos de mantener una conversación. Y no lo hace desde aquel entonces.
Quizá me porté mal.
Me pongo de puntillas mirando a través del cristal y observo que muchos ya se han emborrachado una noche más. Qué asco. No importa si cae inconsciente alguno de sus amigos porque ellos seguirán ahí, tragando y tragando vodka con cerveza hasta reventar. Yo prefiero los zumos, sobre todo el de naranja. Ese que me preparaba Mamá todas las mañanas antes de ir al cole. Antes, cuando me hablaba.
Apago de nuevo la luz. Mis suspiros se entrecortan y lloro en la cama.
Echo tanto de menos a mamá.
¿Tanto daño le cause? No me mira, no me abraza, no me besa, ni si quiera me lee cuentos antes de dormir. Aunque sí que oigo gemidos provenientes de su cuarto a las noches, cuando se sienta en la cama y entre sollozos nos nombra a Papa y a mí.
Todo cambió desde aquel 2 de octubre, cuando fuimos papá y yo a comprarle unos pendientes para su cumpleaños. No recuerdo mucho de aquello, pero sé que vi a Mamá con un par de esferas verdosas y cristalinas en la cara en vez de ojos. Estaba llorando. También pude apreciar a muchos hombres con batas blancas como de laboratorio, como las que salen en la tele, alrededor mía. Y repetían una y otra vez: "no se puede hacer nada, no se puede hacer nada". Cuando toda esa gente me dejó ver lo que tenía delante, observé a Papá en frente mía con una pistola en la mano, señalándome. ¡Qué egoísta! Yo también quería jugar con ella. Y tras unos segundos oí decir a mi madre decirle: "He perdido a mi hijo por tu culpa. Tú deberías estar ahí, no él.". Y en ese mismo instante oí un fuerte estallido, como los estallidos que se escuchan en los documentales de la Segunda Guerra Mundial. Papá lanzó un grito de dolor y en su ropa aparecieron manchas como de tomate. Entonces apareció a mi lado en ese momento. Se había cambiado de ropa, (seguramente porque en la de antes tenía manchas rojas, como de tomate) y ahora lucía un brillante vestido blanco al igual que yo. No hacía frío, sin embargo los dos estábamos descalzos.
Desde entonces papá y yo somos inseparables. Cuando cumplí diez años aprendí a volar como hacía él.
Es muy excitante hacerlo. Aunque me gustaría saber por que mamá dejó de hablarnos. Se podría decir que ni nos escucha.
Igual no le gustaron los pendientes.
viernes, 27 de mayo de 2016
Juramento
domingo, 17 de abril de 2016
Dear Fear
sábado, 2 de abril de 2016
Another world
Que me vuelve inefable,
jueves, 24 de marzo de 2016
Amor hacia la literatura
sábado, 19 de marzo de 2016
El banco
viernes, 4 de marzo de 2016
Serendipity
Rima VI
sábado, 27 de febrero de 2016
Volvería
lunes, 22 de febrero de 2016
La promesa de un padre.
viernes, 19 de febrero de 2016
Diana
Maybe...
domingo, 14 de febrero de 2016
Él me quiere; cambiará.
sábado, 6 de febrero de 2016
For people that are agree with world.
domingo, 31 de enero de 2016
Soy materia gris.
Soy materia gris.
Soy un ser inerte cuya existencia equivale a una mota de polvo. Soy aire helado que congela mares y enfría tempestades. Soy una mente cuya energía interior no aporta nada sustancial a la vida en si.
Y estoy cansada.
Cansada de llevar una vida dentro de una caja cerrada y de cartón. Cansada de despertar y sentir día a día una cantidad menor de aire. Cansada de ver mi cuerpo desnudo y en figura fetal, en un minúsculo espacio que me ahoga y me hace decaer. Cansada de ser yo. Cansada de estar viva y morir al mismo tiempo que el amargo tulipán, marchito en el balcón.
Porque soy materia gris.
Soy materia inerte cuyo miedo no es morir; Sino vivir sabiendo que algo va muriendo dentro de mí.
viernes, 15 de enero de 2016
Serenidad
No sabes realmente la razón por la que hoy estas con vida. Afloraste en campos de fresas, y yacerás sucumbida en un río de problemas. No sabes que has hecho, no sabes porque todo te sale mal. Buscas mentiras; no ves la realidad. Hoy ha tomado, la oscuridad su tempestad. Hoy el conde de la noche, lo envuelve todo en un turbio despertar.










