¿Vivir?
¿Para qué? ¿Por qué? ¿Para quién?
Si las personas que me odian me lo dicen y las personas que respeto no se atreven a decírmelo. Diría que me da pena irme de aquí porque amo a las personas que me aman. Pero serían excusas. No hay amor que supere a cualquier depresión.
¿La muerte?
¿Acaso no es esto una prueba inicial para superarla? Porque ya no puedo más y si hay algo peor, prefiero no saberlo.
Si no me quieres, dilo.
Si me odias, grítalo.
Si quieres que me vaya, ábreme la puerta.
Pero no me ocultes nada más y no me digas que me amas tanto como amas a los demás.
Ya me he rendido. Tú no vas a cambiar.
¿Seguir intentándolo? Me da miedo volver a empezar. Cada día que pasa es un infierno en mi interior y cada día que trascurre acaba peor que el anterior.
No. Ya basta. No quiero sufrir. Es demasiado cargante y conlleva hechos irrevelantes.
Si esto me sirve para hacerme fuerte, que acabe ya. No lo quiero ser más. Quiero huir, ser cobarde, correr como una niña pequeña, gritar y que nadie oiga mis sollozos al llorar. No preocuparme de hechos que no me incumben y comenzar a sonreír cuando no hay motivos, dejando las lagrimas para otro momento. Pero es imposible; no lo logro. Quizá otro día, cuando no me sienta tan sola.
Esto me supera, me agobia, me ataca. Que mi fuerza de voluntad muera y me deje este mundo en paz. Sinceramente; No puedo más.






